Largas filas y el temor eminente ante la
imposibilidad de entrar a la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional da el
encuentro entre un público católico entusiasmado y el brío en desorden de jóvenes
y mayores por conocer las palabras del enviado de Trujillo y su mensaje 51 años
después de su muerte.
A las 7:45 p.m. de este 18 de mayo, el Teatro
Nacional escenario de una multitud de personas dispuestas a entrar a la
sala más grande que alberga el Teatro Nacional de la ciudad de Santo
Domingo y es que agarrados de mano, empujando, y el personal de protocolo
impidiendo el paso con sus cuerpos, no pudo más que gritaba: qué indecencia! al
ser empujado por la gente que se resistía creer que el salón estaba lleno,
penetrando a fuerza la puerta lateral derecha del complejo Cultural.
Pastor excavado cuevas cristianas, Siglo III,SS. |
Avanzaban los pasos por la alfombra roja, la
gran cantidad de feligreses católicos hacíando entrada desde los diversos puntos de la
ciudad para presenciar la conferencia Raíces de nuestra Fe cristiana, dictada por el predicador católico
Salvador Gómez.
En contraste, como bueyes descarriados subían las
escaleras jóvenes estudiantes, maestros para llegar al tercer nivel y escuchar las palabras de Euclides Gutiérrez
Félix en la conferencia magistral: Ajusticiamiento
de Trujillo 50 años después, y otros interesados que esperaban pasara
el tumulto del primer piso entre ellos Delio Gómez Ochoa un sobreviviente del
asesinato comandado por Trujillo para erradicar el movimiento 14 de junio.
Esperando fuera a las 8:00 de la noche, ya desesperados
hablaban y tocaban la puerta de la sala Cultura del Teatro ubicada en el
tercer piso del edificio donde a puertas cerradas se desarrollaba la actividad en reconocimiento a los periodistas
y maestro, Adriano De La Cruz y Jenfri Jiménez, por la institución Despierta Dominicana, dirigida por el joven
comunicador Patricio León, quién al parecer
no tuvo coordinación previa por las
continuas reclamaciones de la encargada del edificio, que reiteradas veces decía
que no aceptaría un acto igual que le sacaran la gente de allí, a través del
aparato walky-talky.
Cada segundo tensaba a las chicas de
organización, en sus altos zapatos no podían equilibrarse menos podían controlar
ni a las personas que salían ni las que entraban como manada de caballos en
tierras abiertas, por su lado en el primer piso reinaba el ambiente de tranquilidad
la sala Carlos Piantini, donde esperaba la multitud sentada hasta en los
pasillos al famoso predicador.
Al tiempo en que saluda y lee públicamente la
carta enviaba el Arzobispo de Santo Domingo Nicolás de Jesús Cardenal López
Rodríguez, quién en la misma reporta donaciones de libros, eventos artísticos, 16
conferencias magistrales y la satisfacción de anunciar la palabra de Dios.
La asistencia que podría superar
cualquier evento que se diera ese día, en comparación con otros dentro de la Plaza
Cultural durante la Feria del Libro 2011 con honor a la Santa Sede, se
realizaba con espíritu entusiasta reflejados en el amén a voces coreadas y los
aplausos que varías veces otorgaban al solo transcurrir media hora.
Salvador Gómez hombre de tamaño promedio, pelo
oscuro y abundante, vestido de traje negro y corbata, de voz temple con acento
centroamericano, utiliza una comunicación genuina y la pone en disposición de
la palabra de Dios de la que hace referencia con una biblia y la que explica
con la naturaleza y el humor que emana
en su pronunciar, calando en el gusto del público al que le ilustra con ejemplo
de echar el miedo a un lado, creer en Dios de corazón, reconciliares para
transmitir las raíces de la cultura y lanzar las redes de Cristo.
Dada las
9:00 p.m. en que jóvenes, adultos y ancianos prestaban toda atención a cuanto
le explicaba desde la breve historia de raíces católicas enfocada en las
embarcaciones de Colón donde llegaron 12 sacerdotes de distintas diócesis y el
P. Boíl primero en ofrecer una misa en esta tierra, así como el bautismo del
indio Gaticagua y el árbol Guayacán antiquísima insignia de fortaleza y Fe de
tierra dominicana donde tuvo su cimiento la iglesia La Isabela, primera en el
nuevo mundo.
Los presentes proyectaban la alegría interna en
sus rostros y la participación activa en
la que una mujer recibió un libro por mencionar las tres diócesis o primeras
catedrales de la colonización ubicadas
en: La Vega, Santo Domingo y San Juan, Puerto Rico, esa gracia con que Salvador animaba al público, aunque confesando su
dislexia recomendaba decía que nada era impedimento para predicar y en espacial
las mujeres.
Pasados 45 minutos, después de recorrer la historia,
el monumento de Antón de Montesinos, un honor otorgado por México al país por
el hombre que creyó a los indígenas como cualquier hermano europeo. Se refirió a
su nuevo libro abriendo, lee un capítulo titulado: Te voy hacer lo que nadie te ha hecho, la expresión que por un
momento dejó a los presentes en el asombro y doblez de sentido, cambió al
relatar un acto durante el encuentro con una chica que tras insistir en darle
placer, terminaba por decirle que no podía con él; a quien le contestó que sí puede
su mujer.
Sin saber cómo despedir a la gente y hablando
de sus futuras prédicas, y la modalidad televisiva que lleva, Salvador Gómez, manifestaba
la intención de vivir por mucho tiempo en dominicana, tierra Santa, donde inicio
la iglesia Católica vehículo de que el 50% del continente americano profese la
fe católica; compartiendo experiencias y
en particular dejando claro que la iglesia católica es una y él un servidor de
Dios, termina recomendando que el momento de tristeza se dice que está pasando.
A las 9:50 de la noche, los aplausos del
público llegaban fuera del salón cuando con sonrisa en los labios Gómez pide un
abrazo del presentador, concluyendo la conferencia que dejaba una marcada
esperanza manifesta en el sentir de la gente y sus gestos de alegría, tras
expresar que se enlodaron en la alfombra invisible del Espíritu Santo.
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