Quizá el tiempo que se
traduce para muchos como una tontería es en realidad una oportunidad de
reencontrarse con uno mismo, con la esencia que cada uno lleva dentro de sí.
En este día reina la
alegría y la paz en los cielos y para muchos también aquí en la tierra, este no
es un fragmento de un antiguo libro es simplemente la repetición de la historia
y de una majestuosa, porque no solo pasa con el tiempo, sino es una
manifestación misma de quienes han dedicado tiempo a vivir desde adentro este momento.
La semana Santa concluye en
este Domingo de Resurrección, día en que se recuerda la venida de Dios por esta
tierra y el plan cumplido del Padre en el Hijo.
En el andar por la vida hay
quienes se dan cuentan que han desperdiciado oportunidades, pero en mi propia
convicción no existe oportunidad mayor que dar paso al creador, él mismo
tiene la potestad de levantar al paralítico y no solo en su estado físico más de
espíritu.
Verdaderamente CRISTO HA
RESUCITADO para que recordemos que todos los humanos deben aprovechar
cuanto tienen en esta tierra, para recordar que es mejor dar que recibir, que
hay una complacencia en aquel que hace el bien para sí y los demás; hay uno
que reina que demostró y sigue demostrando su amor.
Las catástrofes que se
evidencian por doquier son signos de una oportunidad agotada, para recordarnos
que nada de cuanto ocurra debe turbarnos.
La resurrección de Cristo es el
signo mayor de esperanza, retomar el valor y seguir caminando e ir
sembrando con cuanto hacemos con cuantos sentimientos poseemos. Siembra.
Cristo ha Resucitado |
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